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Fomento acepta el traspaso de la B23 tras la demanda de los ayuntamientos para reformar el tramo final de la autopista

El Secretario de Estado de Infraestructuras del Gobierno del Estado, Julio Gómez-Pomar, ha manifestado a los alcaldes de Sant Just Desvern, Josep Perpinyà; el de Sant Joan Despí y vicepresidente de Transporte y Movilidad del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), Antoni Poveda, y la alcaldesa de Esplugues, Pilar Díaz, que ve "con buenos ojos" el traspaso del último tramo de la autopista B-23 (a su paso por los tres municipios) a la Generalitat y a los ayuntamientos. Los tres alcaldes -en una reunión celebrada en la sede de la Delegación del Gobierno del Estado en Barcelona- han expresado en Gómez-Pomar la urgente necesidad de transformar la autopista B23 en una vía urbana, en el tramo de 5 kilómetros desde de Sant Joan Despí hasta la Diagonal de Barcelona. La alta densidad de tráfico y el colapso diario que registra esta vía de acceso a Barcelona desde estas poblaciones del Baix Llobregat requiere de una actuación para promover una movilidad más sostenible.

Al salir del encuentro, los alcaldes y la alcaldesa han señalado que ahora se iniciarán los estudios jurídicos y técnicos para la materialización de este traspaso, que deberá concretarse en la firma de un convenio entre las partes. Esto debería permitir iniciar las actuacions de la vía planteadas desde el mundo local para desarrollar una reforma que quiere humanizar este tramo de autopista, haciéndolo más permeable y apostando por una movilidad urbana, con la creación de espacios para carriles bici, carriles para el transporte público y para vehículos de alta ocupación (BUS-VAO), así como zonas verdes y espacios para peatones. El objetivo final sería hacer realidad el proyecto presentado en marzo de 2015 en el marco de un acuerdo metropolitano firmado entre estas tres ciudades, además de Barcelona y el Área Metropolitana (AMB).

De igual manera, los alcaldes y la alcaldesa han pedido al responsable de infraestructuras del Estado que se lleven a cabo las actuaciones pendientes que afectan a esta vía -como el carril BUS-VAO- que no se han llevado a cabo en un tramo que prácticamente no ha tenido ninguna actuación de mejora en los 60 años que lleva en servicio.